A veces nos puede parecer que vamos al revés del mundo, que nosotros sufrimos lo que los demás no sufren y que, aún compartiendo tiempo y espacio, nuestras sensaciones son distintas que las de los que nos rodean. Cuando esto nos ocurra, lo que debemos hacer es aguantar con fuerza el paraguas y cerrarlo en cuando podamos, porque ningún nubarrón nos va a perseguir únicamente a nosotros.
(Gracias, Ana, por la foto, cada día aprendo más de tí, además de esposa eres una excelente fotógrafa)
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